El diálogo interno negativo es un diálogo interno generalizado en el que una persona imagina que no es capaz o no es digna de ser amada. Una persona atrapada en un diálogo interno negativo no cree que pueda tener éxito o ser aceptada por los demás, lo que puede impedir que pruebe cosas nuevas, aborde sus metas con confianza o se involucre con los demás. Es posible que se sientan profundamente inseguros en sus habilidades y valores como personas.
La inseguridad puede ser una creencia paralizante de que no eres lo suficientemente bueno. Puede afectar a casi cualquier área de la vida: la escuela, la vida social, el trabajo y todo tipo de interacciones interpersonales. Una persona que experimenta inseguridad puede temer participar en ciertas actividades o abordar situaciones esperando fracasar o ser rechazada.
En el contexto de los patrones emocionales y conductuales de los adolescentes, el aislamiento es un tipo de alejamiento de los amigos y la familia. Puede deberse a una baja autoestima (miedo al rechazo) o a problemas que parecen demasiado abrumadores como para compartirlos. El aislamiento puede conllevar riesgos físicos y emocionales graves a largo plazo, desde la depresión hasta las enfermedades cardíacas.
Los cambios de humor, los arrebatos y las reacciones exageradas ante provocaciones menores son signos de problemas de ira. Algunos problemas de ira pueden ser normales en los adolescentes, que tienen hormonas por todas partes y que ansían ser independientes, por lo que no quieren las restricciones de sus padres. Sin embargo, la incapacidad de controlar la ira y de encontrar habilidades saludables de afrontamiento y comunicación puede ser destructiva para la capacidad de un adolescente de llevarse bien con los demás y alcanzar sus metas.
El estrés a corto plazo suele ser una reacción natural ante problemas reales, como proyectos desafiantes o varios plazos escolares. Sin embargo, cuando el estrés se convierte en la norma para su hijo adolescente, es posible que esté reaccionando exageradamente ante los desafíos de la vida diaria que su hijo adolescente se siente incapaz de manejar. Esto puede interferir con el sueño, hacer que tu hijo adolescente se sienta irritable (y que sea difícil estar cerca de él) y provocar una sensación de estancamiento.
Los adolescentes con un control deficiente de los impulsos son propensos a actuar sin pensar. Se guían por las emociones, el deseo de obtener una gratificación instantánea o problemas de salud mental como el TDAH o la depresión. Si no controlan sus impulsos, los adolescentes no toman en cuenta las consecuencias de sus acciones, lo que los lleva a tomar decisiones que podrían dañar su vida.
La mala gestión del tiempo puede manifestarse como la postergación, la dificultad para equilibrar las responsabilidades escolares y de otro tipo con el tiempo dedicado a actividades sociales y recreativas, o la falta de tiempo suficiente para terminar los proyectos y cumplir con los plazos. Con el tiempo, los adolescentes que gestionan mal su tiempo pueden sentirse abrumados y dejar que el trabajo se acumule hasta el punto de que ya no es manejable sin ayuda para volver a la normalidad.
Un adolescente que sufre de baja autoestima tiene una imagen negativa de sí mismo y teme que los demás también tengan una imagen baja de él. Se sienten inadecuados y, a menudo, se comparan de manera negativa con otras personas que consideran más capaces, exitosas, populares o atractivas. Las señales pueden incluir el diálogo interno negativo, el alejamiento de la participación social o la falta de voluntad para correr riesgos saludables por miedo al fracaso. Una persona con baja autoestima puede tener problemas para establecer y alcanzar metas.
Si bien la ansiedad aislada (sentirse ansioso o nervioso por una situación particularmente estresante en el futuro inmediato) es normal, muchas personas experimentan ansiedad generalizada, en la que incluso los factores estresantes pequeños y cotidianos (documentos escolares, asistencia a eventos sociales, unirse a grupos extracurriculares) parecen aterradores. Este tipo de ansiedad puede inmovilizar y autosabotear.
Los adolescentes con poca motivación pueden mostrar una disminución del deseo o el entusiasmo por las actividades y tareas que solían realizar con facilidad. Puede deberse a una mala imagen de sí mismos («de todos modos, nada de lo que hago importa») o a la depresión y, con frecuencia, se produce cuando no se identifican las metas que quieren alcanzar.
Los adolescentes con problemas de imagen corporal pueden tener imágenes poco realistas de lo que es la belleza «normal». Las redes sociales pueden ser una fuente de problemas de imagen corporal cuando los adolescentes se comparan de manera negativa con personas influyentes y otras celebridades y quieren emular un tipo de perfección física que es inalcanzable y engañoso. Una mala imagen corporal puede provocar afecciones peligrosas, como trastornos de la alimentación, ejercicio excesivo y depresión.
Hay muchas razones por las que un adolescente puede tener dificultades en la escuela. Estas pueden estar relacionadas con otros problemas de la lista, como la falta de motivación, la dificultad para administrar el tiempo, la dificultad para concentrarse, la ansiedad, la falta de metas y la baja autoestima. Encontrar las razones detrás de las dificultades de un adolescente en la escuela es clave para ayudar a superarlas.
Los adolescentes a menudo se pelean con los padres por las restricciones que consideran demasiado estrictas. Es posible que crean que sus padres no confían en que ellos tomen buenas decisiones, lo que lleva a discusiones constantes. En algunos casos, los adolescentes no pueden o no quieren contarles a sus padres las dificultades que están atravesando: la ruptura de una relación con su novio o novia, los problemas en la escuela o cualquier otra cosa, lo que hace que arremetan sin darles a sus padres la oportunidad de ofrecerles asesoramiento y apoyo.
La evitación es una forma de huir de los desafíos en lugar de encontrar formas de abordarlos. Puede ser un mecanismo de supervivencia poco saludable, con la esperanza de que los problemas desaparezcan si se ignoran durante el tiempo suficiente. Cuando alguien se niega a participar en ciertas actividades sin dar una razón válida, puede ser una señal de que se siente demasiado ansiosa o intimidada. Si no se aborda, esto puede hacer que se pierdan oportunidades de crecimiento personal y de aprender a superar los obstáculos. A largo plazo, puede socavar la capacidad de un adolescente para alcanzar metas importantes.
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